martes, 18 de octubre de 2016

EN MI MI MI OPINIÓN: SI CHUCHO ALÍ RENUNCIA AL PRI, NI CON MONEX Y PEMEXGATE GANARÁN EN 2018

PRIMER ACTO. Las ausencias de los precandidatos a la gubernatura, Benito Neme y Jesús Alí, en la visita de Ochoa Reza, han sido muy comentadas al interior del priismo choco, ya que según versiones oficiales, ambos fueron invitados a la gira pero no quisieron asistir. En el caso de Neme, que es el precandidato con más cercanía a EPN pero con mayor lejanía a Tabasco, pretextó que no podía venir por ser parte del gabinete federal, y aunque el evento era en día no hábil, al final decidió no llegar. En cuanto a Alí, la razón de su inasistencia fue que según su equipo, fue invitado al cuarto para las doce, y como ya tenía agenda llena para ese día que no pudo deshacer, se excusó de saludar a Ochoa. Desde hace meses, Alí ha mantenido distancia de las dirigencias estatal y nacional, y aunque ha sido invitado a eventos partidistas y de CPE, han sido contadas las veces que se ha dejado ver, lo que ha venido nutriendo toda clase de rumores y especulaciones. El rumor  que más suena es que es cuestión de tiempo de JAT terminará en MORENA, ya que tiene buena relación con Adán Augusto, aunque con la limitante que no podría aspirar a la candidatura gubernamental porque en ese partido ya está prácticamente designada. Otro rumor que también ha circulado fuerte es que JAT se iría al Verde, y por eso de manera inopinada se reunían Rosalinda y Alí en cafés o tenían algunos encuentros en el Pino Suárez; pero desde que la experredista se distanció de Pico Madrazo y éste a su vez de autodestapó a La Quinta, esta versión ha dejado de tener fuerza. Algunos  más ubican a JAT como serio prospecto para la candidatura independiente que también pretende Oscar Cantón, con lo cual el exedil buscará repetir un triunfo similar al de El Bronco en Nuevo León, sin apoyo partidista sino ciudadano. El rumor  actual es que Alí esperará para ver qué mini-partido, entre Nueva Alianza, PH, PES, o hasta MC o PT, se quede fuera de las alianzas con los grandes partidos y de esa manera postularse con su membrete y repetir un triunfo similar al de Cuauhtémoc Blanco con el PES en Cuernavaca.



SEGUNDO ACTO. El escenario que casi nadie menciona es que JAT repetirá como candidato gubernamental priista en 2018, porque al interior del PRI estatal y nacional hay un convencimiento generalizado que no dejarán pasar a Chucho Alí, ni siquiera para una diputación local. No se sabe bien a bien a qué intereses tan poderosos se acabó enfrentando JAT en el círculo del poder del peñismo, pero desde su salida abrupta de Sedesol, es una realidad que el CEN de Camacho, de Beltrones y ahora de Ochoa nomás no lo quieren cerca… pero tampoco quieren que renuncie al partido. Y es aquí donde está el enooorme dilema del tricolor nacional y choco, porque tienen claro que, sin desdoro de las broncas entre el peñismo y el chuchismo, Alí se encuentra entre los punteros del priismo para la gubernatura, por lo cual su eventual salida desangraría a un ya de por sí anémico partido.


TERCER ACTO. Si la renuncia de Evaristo al tricolor, que también registraba bien en las encuestas, contribuyó a que el PRI cayera hasta el tercer lugar en las elecciones extraordinarias, una eventual salida de JAT del PRI choco obviamente sumiría al partido en una crisis sin precedentes, poniendo remotamente lejos cualquier posibilidad de recuperar la gubernatura, senadurías, alcaldías y diputaciones en 2018. En el perredismo y el morenismo, tienen claro que JAT ha venido haciendo un trabajo de base real a nivel estatal, que cuando menos le representa 100 mil votos o más suyos, que si bien ahorita votarían por el PRI, de renunciar esos sufragios terminarían yéndose a otro instituto político. Obvio que a Ochoa no le gustó en lo absoluto que JAT lo despreciara y por eso hasta mandó a pagar publicidad de su discurso contra los “chantajistas” del partido, que era una clara referencia al exedil priista. Pero sin Alí en la boleta o cuando menos como impulsor de las candidaturas en 2018, al partido no le quedará mucho de dónde catapultarse para vencer no solo al PRD, con el control del aparato gubernamental, sino al efecto AMLO, que ha arrasado con todo desde hace 12 años.

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