La llegada de miles de vacacionistas a las zonas turísticas de Quintana Roo ha propiciado un boom en el mercado farmacéutico local ante la necesidad de aplicar a los visitantes extranjeros pruebas PCR contra el covid-19, lo que se ha convertido en un negocio millonario que aprovechan empresas formales, pero también informales. Roberto Cintrón, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, aseguró que esta situación es preocupante ya que considera que “es algo muy peligroso, pues de esto depende la contención de contagios adicionales de todas estas personas”.
Si bien el
gobierno mexicano no está solicitando ninguna prueba negativa de COVID a
quienes ingresan, cuando los turistas retornan a su país de origen sí están
obligados a presentar el resultado negativo de un test PCR, pues de lo
contrario no pueden abordar el avión.
Pero no es esta
la única razón. Al llegar a la zona turística del estado, la mayoría de los
hoteles solicita a sus huéspedes un test negativo, lo que los hace presa fácil
de los laboratorios no acreditados, como pasó con los 44 jóvenes argentinos a
quienes les dieron como resultados falsos negativos. Tras este caso, la
fiscalía estatal inició una serie de investigaciones, que arrojaron los
primeros resultados con la clausura, hasta el momento, de dos de estos
establecimientos.
Esta situación ha
sido un reclamo constante y el gobierno del estado brilla por su ausencia, lo
que no solo es una grave omisión, si no que dicha omisión podría estar poniendo
en riesgo a los quintanarroenses y al turismo nacional y extranjero.



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