Pues aunque muuuy adelantado, pero sucedió lo que casi todos veían inminente: Chucho Alí renunciaría al PRI porque, sencillamente, no lo quieren en el CEN. Punto. Y como el PRI no es gobierno en Tabasco, pues si no te quieren en Insurgentes Norte, ya valiste. Alí lo entendió cuando le quitaron la diputación federal el año pasado, y mostrando un gran sentido pragmático, decidió apresurar su salida en lugar de aguantarla hasta el final para negociar el premio de consolación, como es la tradición tricolor. Sin Ali, sin Evaristo y sin Rosalinda, Gina se ha convertido en la virtual candidata a la gubernatura. Ya no tiene competencia. Por default, será la abanderada, lo que también deben agradecer los priistas, porque ahora sí pueden concentrar lo que les queda para impulsarla. Y Gina, pues tiene dos laaargos años para aplicar la operación cicatriz.
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